
El feminismo también efectúa un borrado de la figura de la mujer puesto que no se conforma
con la igualdad legal, quiere masculinizar a las mujeres haciendo que hagan lo mismo que los
varones. De este modo el varón se constituye en el modelo o parangón que hay que alcanzar
para considerar que la mujer está emancipada. Así por ejemplo, si hay 5000 físicos, tiene que
haber 5000 físicas. Las cuotas femeninas meten una igualdad cual lecho de Procusto. La
igualdad tiene que ser así, dicen las feministas, como por ejemplo la prologuista del libro.
Amelia Valcárcel. El transexualismo es vástago legítimo del feminismo, también borra a la
mujer. La mujer tiene que ser en todo igual al hombre, al varón. No admiten la diferencia de
gustos, intereses, capacidades existentes entre varones y mujeres. La estupidez feminista
masculinizadora desemboca en el borrado de la mujer en el transexualismo.
Giménez Pérez, F. (2023). Nadie nace en un cuerpo equivocado.
«Reseña» a Pérez Álvarez, M. y Errasti, J. (2022). Nadie nace en un cuerpo equivocado. Éxito y miseria de la identidad de género. Barcelona: Ediciones Deusto, 293 páginas.
Revista Metábasis, Nº 16, p. 98.
ISSN 2605-3489