
Lo que realmente sucede con Tlaxcala es, que cinco siglos después, el Estado mexicano no
perdona la alianza tlaxcalteca con Hernán Cortés. Hace un tiempo un habitante de Tlaxcala
confesaba en los medios, «cuando te preguntan de donde eres y le dices de Tlaxcala, te dirán
que eres un traidor». El actual presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le pidió al
rey de España y al Papa que pidan perdón por los atropellos cometidos durante la conquista de
México, estupidez que de inmediato el gobierno español rechazó.
La ignorancia de López Obrador es un atenuante, y al igual que a los niños y a los locos, su
ignorancia lo hace inimputable. El México actual en dimensiones poco tiene que ver con el
territorio de los mexicas, correctamente llamados así, no aztecas, error de Humboldt. El
territorio del México actual es infinitamente más pequeño de lo que era la Nueva España y que
no supieron o pudieron conservar. ¿A quién se le debe pedir perdón?
Además, es un gran error identificar el Estado mexicano actual con los mexicas, como si solo
ellos hubieran existido en ese tiempo. Al reivindicar o identificar a México con los mexicas
están ignorando a los descendientes de muchas tribus precolombinas que eran enemigos de los
crueles mexicas, y que ahora son ciudadanos mexicanos.
Un presidente no puede caer en esos
errores.
Veisaga, R. (2023). Los conquistadores tlaxcaltecas. Los aliados del Imperio Español.
Revista Metábasis, Nº 16, p. 07.