En Junio… Schopenhauer anticipó la moderna soledad femenina

Las leyes que rigen al matrimonio de Europa suponen a la mujer igual al hombre, y así tienen un punto de partida falso.
En nuestro hemisferio monógamo, casarse es perder la mitad de sus derechos y duplicar sus deberes. En todo caso, puesto que las leyes han concedido a las mujeres los mismos derechos que a los hombres, hubieran debido también conferirles una razón viril.
Cuantos más derechos y honores superiores a su mérito confieren las leyes a las mujeres, más restringen el número de las que en realidad participan de esos favores, y quitan a las demás sus derechos naturales en la misma proporción que a unas cuantas privilegiadas se los han dado excepcionales.

La ventaja que la monogamia o las leyes resultantes
de ella conceden a la mujer, proclamándola
igual al hombre, produce la consecuencia de que los
hombres sensatos y prudentes vacilan a menudo en
dejarse arrastrar a un sacrificio tan grande, a un
pacto tan desigual.

(Schopenhauer, A., 1993, El amor, las mujeres y la muerte. Barcelona: Editorial Edaf, pp. 99-100).

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ISSN 2605-3489

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