
Dispuesto a llevar a cabo la hispanización de aquellos territorios. Oñate se estableció
en un pueblo de los indios tiwa, que se llamaba Caypa y que él bautizó como San Juan
de los Caballeros. De esta la primera población en Nuevo Méjico se había establecido
nueve años que los angloamericanos fundaran Jamestown y veinte años antes que
Plymouth. La nueva ciudad española a vivir su vida colonial con una semana de fiestas,
donde se celebraban corridas de toros, juegos de cañas y sortijas y hasta una comedia
teatral de moros y cristianos, precursora de las mismas representaciones que aún hoy en
día se celebran en Nuevo Méjico.
Junquera de Flys, M. (1976). Pioneros españoles en el lejano oeste. Madrid: Doncel, 53.
ISSN 2605-3489