
La expulsión de un objeto hacia el campo ajeno como recurso para vencer no es algo exclusivo de las competencias que divirtieron a tantos habitantes de la península itálica, sino que engloba a casi toda disputa deportiva de pelota en el mundo, lo que sí llama la atención es su diversidad autóctona; desde el harpastum romano aparecen el calcio storico fiorentino, el pallone col bracciale, el pallapugno, la palla elastica, o el tamburello, entre otros. A simple vista adjudicarles a todos ellos un implícito carácter reactivo podría dar lugar a equívocos, dado que el objetivo de puntuar en el territorio contrario indicaría una dinámica propensa al ataque. […] La suprema manifestación de ello atraca en Italia sobre el más difundido de los entretenimientos: es probable que el fútbol per se deba su estimación a la exigüidad del gol, de ahí que su consecución desate los entusiasmados festejos de una consumada acción decisiva; un doble en básquet es una rutina continua, un gol en el fútbol es la heroica victoria de lo particular, y su áureo valor se deriva de su proximidad al cero, el cual lo impele hacia la permanencia determinante, el diáfano recuerdo y la incidencia expansiva que va más allá de un solo partido. […]
El cínico cerrojo plagado de faltas tácticas y teatralidad se engarzó completamente la figura del líbero, equivalente futbolístico del optio romano, el cual se ubica por detrás de los sólidos defensores, organizándolos y facilitando con su cobertura del espacio la tarea de los responsables del contragolpe.
Ciancaglini, A. M. (2021). Ciudadano de la evolución. Madrid: Tecnos, 96-7.
ISSN 2605-3489