
También hay quienes siguen repitiendo dogmáticamente, recurriendo a la historia, que un ataque a la Iglesia Católica es un ataque a la Hispanidad, cometen un doble error: primero creer que la Iglesia Católica es la misma en todo tiempo como algo acabado y que no puede sufrir cambios en el tiempo. Pero todos los grupos o instituciones que no están clausuradas en la historia están sujetos a cambio. Algo que puede llegar a suceder con los actuales evangélicos, y que los a prioris o los dogmas no son válidos para la vida política.
La Iglesia Católica sigue sin rumbo e insiste en el error. Esta Teología de los pobres de Francisco lo único que va a conseguir (sumado a los abusos y a los pederastas) es que los pobres se unan más a los evangélicos. En pocas décadas serán mayoría, por eso, hablar de la Hispanidad en estos tiempos es no saber de qué se habla. La Hispanidad fue Imperio Español más Iglesia Católica.
Eso pertenece a la Historia, no hay un Imperio Español, como tampoco existe el imperio mongol, y la Iglesia Católica en décadas seguirá perdiendo adeptos en Iberoamérica. Quienes consideramos como nefasta esta nueva izquierda cultural, que nació de la mano de Herbert Marcuse, y que ha llegado al poder en los Estados Unidos, es acompañado por las jerarquías eclesiástica católicas y por su jefe el Papa Francisco.
Si estas ideologías, empezando por el indigenismo, son asumidas por la Iglesia Católica jerárquicamente, y si ese delirio ideológico es combatido por las iglesias evangélicas, como materialista político, y haciendo propio aquello de Carlos Semprún Maura: «Pues yo estoy en la barricada de enfrente».
Vemos desde el punto de vista etic, con el diario del lunes en la mano, que la acción del evangelismo fue eutáxico para las naciones políticas. No compartirán esta opinión quienes siguen sosteniendo tesis alejadas de la realidad y sigan repitiendo dogmáticamente, sin atreverse a revisar sus coordenadas.
Dicen que en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill, en referencia al rearme de Alemania, exclamó: «Menos mal que tenemos al Ejército francés». Al final, como todos saben, el ejército francés no opuso ni resistencia, los alemanes le dieron un repaso. Al constatar el avance en todo el continente americano de las nuevas izquierdas, también podemos exclamar como Churchill, y decir: «Al menos nos quedan los cristianos Evangélicos».
Veisaga, R. (2021). Evangelismo y catolicismo en Iberoamérica. Consecuencias políticas.
Revista Metábasis, Nº 10, 41.
ISSN 2605-3489