«La idea de una Europa unida era demasiado nueva y demasiado vieja. Triunfaron la razón de Estado, la monarquía absoluta y las naciones. En definitiva, la fragmentación y no la unidad. El protestantismo fue la carga principal de dinamita con que se voló este proyecto prematuro de unidad europea. Entiéndanse bien las causas y los efectos. No es que este fracasara porque apareció el problema del protestantismo, sino que el protestantismo surgió para que este proyecto no triunfara. Los bueyes no deben ir detrás del carro»
Roca Barea, María Elvira (2016), Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español. Madrid: Siruela, 163.
«Decía Leonardo Da Vinci que como no se puede lo que se quiere, hay que querer lo que se puede. Y lo que se puede ahora es la Unión Europea. No hay por lo tanto más remedio que colaborar activa y lealmente para que ese monstruo de Frankenstein [sic] que es la Unión perdure y funcione bien. Pero esto hay que hacerlo sin papanatismos y sin perder el norte de los propios intereses. La Unión Europea debe servir para crear un espacio de convivencia donde puedan habitar en paz, prosperidad y solidaridad pueblos muy diversos, y no para que unos prosperen a costa de otros, logrando por medios poco éticos [sic] y poco visibles una hegemonía que por otros procedimientos no lograron»
Roca Barea, María Elvira (2016), Imperiofobia y leyenda negra:
Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español. Madrid: Siruela, 476.
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ISSN 2605-3489