Y pues tan grandes dos necesidades se nos ofrecen en el mundo, que es la negligencia del discípulo y la ignorancia del maestro, gran razón será que los que tenemos alguna facultad para poderlo remediar, lo procuremos. Y creo que no nos será pequeña gloria en los advenideros siglos si con el trabajo de nuestra industria proveemos en cosa que tanto va a nuestra dignidad y profesión. […] Así que quiero yo que entre todos nosotros formemos aquí un escolástico o perfecto varón…porque con este buen trabajo nuestra salida tendrá loable efecto, pues consumimos el tiempo de nuestra conversación en virtuoso ejercicio.
Villálón, Cristóbal de (1997). El scholástico. Barcelona: Crítica, 101.
ISSN 2605-3489