La discusión motivada por las teorías de Weismann no ha producido, a mi juicio, nada decisivo. Algunos autores han vuelto a la posición de Goethe (1883), que veía en la muerte una consecuencia directa de la procreación. Hartmann no caracteriza a la muerte por la aparición de un «cadáver», de una parte muerta de la sustancia animada, sino que la define como «término de la evolución individual». En este sentido, también los protozoarios son mortales; la muerte coincide en ellos con la procreación; […]
Freud, S. (1988). Los textos fundamentales del psicoanálisis.
Madrid: Alianza Editorial, 315.
ISSN 2605-3489