«¿De qué nos sirve esta voluntad de contar las carnicerías continuas de la historia, de ellos, de nosotros, de los demás? Hoy sabemos que hace ocho mil años, grupos de pueblos orientales invadieron la península ibérica y no dejaron varones vivos. Como dijo Walter Benjamín, la historia es barbarie. ¿Cómo es qué queremos contar aquellas lejanas muertes con precisión, mientras dejamos las cercanas en el anonimato? ¿No sería mejor mostrar nuestra indisposición con los principios políticos que llevaran a unos y otros a matar sistemáticamente? Benjamín, con más piedad, se representó la historia como un inmenso osario que apenas se deja ver bajo las alas del ángel de la historia, el ángel que no puede sino volar impulsado por el viento del progreso, por mucho que él quiera detener ese torbellino ciego e imperial que le impulsa. Roca Barea, no. Quiere contar todos los cráneos rotos de los demás, inventariar sus osarios, reunir las cenizas…»
Villacañas, J. L. (2019). Imperiofilia y el populismo nacional-católico. Madrid: Lengua de Trapo, 131-2.
ISSN 2605-3489