
«…frente a la familia como sociedad embrionaria e imperfecta, hay que estudiar la sociedad civil o política como sociedad perfecta. Una sociedad que no tiene como fin formar hombre buenos, sino convertir a los hombres en buenos ciudadanos en la vida temporal, persiguiendo de consuno el bien común en justicia y en paz… para que esta sociedad se pueda desarrollar y cumplir sus fines, se hace preciso contar con la autoridad legítima con capacidad para legislar y de hacer cumplir la ley…¿quién es el depositario de la autoridad?…esa autoridad ha sido dada por Dios al pueblo o a la sociedad como su depositaria primigenia». (Rábade Romeo, S., 1997, Francisco Suarez : 1548-1617. Madrid: Ediciones del Orto., pp. 46-7).
ISSN 2605-3489